En la lucha contra el Estado Islámico
(ISIS, acrónimo en inglés para referirse al anterior Estado Islámico de
Irak y Siria) todo el mundo quiere un trozo del pastel. Hay una razón
obvia: los ‘yihadistas’ comandados por el autoproclamado ‘califa’ Abu Bakr al Bagdadi
se han montado un tinglado propagandístico que les ha colocado en lo
más alto del ránking de villanos en el panorama internacional.
Luchar contra el malo es lo que hace al héroe y ese papel se lo disputan desde los rebeldes y civiles sirios que asistieron al nacimiento del monstruo, hasta los mismísimos presidentes de EEUU o Rusia, pasando por los kurdos en Irak, milicias chiíes desde Teherán
a Beirut, todos y cada uno de los Gobiernos involucrados en la
Coalición anti-DAESH (acrónimo despectivo del ISIS en árabe) o las
fuerzas armadas de los países magrebíes.
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Fuente:
El Confidencial.
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